Podemos decir que uno de los momentos más difíciles en la vida es ver partir a un ser querido. Las lágrimas brotan de nuestros ojos como respuesta al dolor que nos embarga ante la realidad de no tener más con nosotros a esa persona que amamos. Naturalmente, por aferrarnos a la vida y amor a los nuestros haríamos todo cuanto esté a nuestro alcance con tal de conservar o extender nuestros días en la tierra.
La muerte, el enemigo (1 Cor.15:26) que toca a niños, jóvenes, ancianos, llega en el día y la hora que Dios en su soberanía ha establecido; no importa la póliza de seguro que tengas ni el centro de atención médica de renombre donde te encuentres, llegó el tiempo de partir de este mundo (Job 14:5, Heb. 9:27).
Pero hay esperanza de vida para los que mueren en el Señor, son bienaventurados (Apoc. 14:13), pues vivirán por la eternidad al lado del Padre celestial (2 Cor. 4:18-5:1).
Aún estás a tiempo, hoy es el día de salvación (2Cor. 6:2).
Fuente: https://www.facebook.com/idcvillaconsuelo/posts/3493033814138714