Un dicho popular dice de esta forma: “Solamente se acuerdan de Dios cuando truena”, lo cual pretende describir la actitud más común del ser humano de no buscar a Dios, ni preocuparse por hacer su voluntad en los momentos de la vida en que las cosas fluyen de manera normal, y que les parece que todo anda bien.
Por lo general, cuando la persona se ve en situaciones de apuro, momentos de dolor, de fracasos y de problemas, es la ocasión que se toma como oportuna para volver la mirada hacia el Dios del cielo. Es entonces cuando vemos a las personas tomar la Biblia, rogar y pedir a Dios en oración, hacer promesas de fidelidad al Señor, entre otras acciones de devoción e inclinación hacia el Creador.
Es necesario que todos entiendan lo esencial que es temer al Señor en todo tiempo. Buscar a Dios cada día, anhelar recibir del Padre celestial su gracia siempre. Que le invoquemos todos los días de nuestra vida.
Que cuando todo está bien no nos olvidemos de nuestro Dios, sino que, tal como dice en Salmos 145:1-2, nos empeñemos en alabar al Señor cada día, eternamente y para siempre.