Cuando se presenta en nuestro hogar la situación de que algún artículo se descompuso, un aparato dejó de funcionar, o de otro modo, necesitamos que se nos construya alguna pieza en la casa; es el momento en el que se hace indispensable conseguir un buen maestro en el área que deseamos que haga el trabajo.
Es en esas circunstancias cuando se suele indagar entre familiares, amigos o conocidos, para que nos recomienden una persona que conozcan, la cual posea la capacidad y la experiencia para realizar un trabajo excelente, como se espera.
Al presentarse ante nosotros la necesidad, buscamos la persona especialista en el trabajo que requerimos en nuestro hogar.
Los evangelios registran que Jesús era carpintero de oficio. Más allá de su capacidad para trabajar la madera, la especialidad del hijo de Dios consiste en reconstruir las vidas y reparar la condición espiritual de aquellos que por causa del pecado se eatán destruyendo a sí mismos.
Te recomiendo al mejor, un experto en rehacer tu casa espiritual. Quien tiene todo el conocimiento de lo que necesitas. Te recomiendo a Jesús: “Un carpintero que repara tu vida.”